ACEITE MEZCLA DE AGE

Los científicos le han dado su nombre a las grasas esenciales (Ácidos Grasos Esenciales o AGEs) porque el cuerpo debe contar con ellas para sobrevivir, pero éste no las puede sintetizar a partir de ninguna de las sustancias que ingerimos, por lo que se necesita una fuente directa de alimentos.
Por eso el nombre “esencial”. Hay muchos tipos de grasas, pero sólo dos tipos de grasas esenciales: omega 3 (n-3 o w-3) y omega 6 (n-6 o w-6), ambas grasas insaturadas.
Cada AGE es convertida en varios derivados por el cuerpo siempre y cuando se provea suficiente cantidad de omega 3 y omega 6, en una buena proporción y hechos con la mente puesta en la salud.
Todas las demás grasas, como el omega 9 (monoinsaturada), el omega 7 y la grasa saturada, no son esenciales porque el cuerpo puede producirlas a partir de azúcares y almidón.

¿De dónde vienen las Grasas Esenciales? 


Las fuentes de los omega 3 son las semillas de lino y los vegetales de hoja verde. Los derivados del omega 3, EPA y DHA, son encontrados en los peces de agua fría y de alto contenido graso, como el atún bonito, las sardinas, el mero del Atlántico, el salmón coho, el salmón rosado y el salmón rey, el arenque del Pacífico y del Atlántico, la caballa del Atlántico y la trucha de lago. Pequeñas cantidades de omega 3 EPA y DHA son también encontradas en las ostras y otros mariscos.

El omega 6 se encuentra en las semillas de sésamo y de girasol y en otras semillas y frutos secos. Las carnes de animal terrestre y el pescado son fuentes del derivado de omega 6 ácido araquidónico (AA). Los pescados enumerados arriba son las fuentes preferidas de los derivados de omega 3 y omega 6, porque son las fuentes más ricas y contienen a ambos, con más de omega 3.

¿Por qué necesitamos Grasas Esenciales?

Si son ingeridas en las cantidades y proporciones correctas y si provienen de las fuentes adecuadas, las grasas esenciales ayudan a establecer y a mantener la salud de la siguiente manera…


  • Aumentan la energía, el desempeño y la resistencia. Los AGEs estimulan la termogénesis, ayudan a desarrollar masa muscular, previenen los desgarros musculares y aceleran la recuperación de la fatiga;
  • Fortalecen el sistema inmunológico. Los AGEs producen eicosanoides de tipo hormonal que regulan las respuestas inmunológicas e inflamatorias. Los omega 3 tienen efectos anti-inflamatorios y pueden retrasar el daño auto-inmune; 
  • Disminuyen la mayoría de los factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares. Los AGEs (especialmente los omega 3) disminuyen los niveles anormales de presión sanguínea, de triglicéridos, de Lp(a), de fibrinógeno, de la tendencia a la formación de coágulos y de inflamación.
  • Mejoran la función cerebral: ánimo, inteligencia, conducta y visión. Nuestro cerebro contiene un 60% de grasa. Los AGEs son componentes importantes de todo el sistema nervioso. Son necesarios para la producción del neurotransmisor serotonina. La depresión y otras enfermedades del cerebro muestran niveles reducidos de omega 3;
  • Ayudan en la reducción de peso. Los AGEs ayudan a mantener altos los niveles de ánimo y energía y a suprimir el apetito, ayudando, en consecuencia, a perder peso. Recientemente, se ha descubierto que bloquean a los genes que producen grasa en el cuerpo (las grasas Trans y las grasas saturadas no tienen este mismo efecto) y estimulan la termogénesis;
  • Regulan a los órganos y glándulas. El hígado y los riñones, las glándulas suprarrenales y tiroideas, y la producción de hormonas masculinas y femeninas requieren de AGEs;
  • Aceleran la recuperación y la sanación. Los AGEs son necesarios para el crecimiento y la división de las células. Ellos forman todas las membranas celulares y regulan la actividad vital de éstas;
  • Ayudan en el desarrollo saludable de los niños. Para el desarrollo del sistema nervioso, un feto en etapa de crecimiento necesita AGEs en óptimo estado provenientes del cuerpo de la madre. Las madres son “vaciadas” de AGEs durante el embarazo y necesitan ingerir AGEs en cantidades óptimas para su salud y el desarrollo óptimo de sus niños;
  • Mejoran la digestión. Los alimentos mal ingeridos traban al sistema inmunológico y pueden causar inflamaciones intestinales, intestino poroso y alergias. Los omega 3 mejoran la integridad de los intestinos y disminuyen la inflamación y la formación de “intestino poroso”.
  • Disminuyen las infecciones. Los AGEs tienen propiedades anti-micosis, anti-candidiasis y anti-microbios, que ayudan a proteger contra infecciones;
  • Mantienen fuertes a los huesos. Los AGEs ayudan en el transporte de minerales que mantienen fuertes a los huesos y los dientes, ayudando a prevenir la osteoporosis;
  • Protegen al material genético. Los AGEs regulan la expresión genética y los omega 3 inhiben el crecimiento de tumores;
  • Alivian el SPM (síndrome premenstrual). Los estudios indican que el consumo de omega 6 (GLA) fue votado, por las mujeres, como uno de los tratamientos más efectivos contra el SPM. Los omega 3 pueden ser aun más efectivos.
  • Producen hermosa piel, cabello y uñas. Algunos de los primeros signos de la deficiencia de AGEs son la piel reseca y escamosa, el cabello opaco, y las uñas quebradizas. Los omega 3 pueden ayudar en enfermedades de la piel tales como la dermatitis, la soriasis y el acné. La administración de GLA (derivado del omega 6) también es útil para algunos pacientes con dermatitis atópica
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